Una historia de sabor, familia y tradición
Desde 1962 elaborando pan artesanal con recetas familiares, ingredientes reales y un oficio que sigue vivo en el corazón de Valencia.
Nuestra historia
Todo comenzó en 1962, cuando un pequeño obrador familiar abrió sus puertas en el barrio de Camins al Grau. Un horno sencillo, de barrio, donde cada noche se amasaba a mano y se horneaba pan para las familias de la zona.
Con el paso del tiempo, El Panete se convirtió en uno de los comercios más antiguos y queridos del barrio. Lo que empezó como un horno de madrugada y harina en las manos, hoy es una panadería artesanal reconocida por su calidad, su tradición y el cariño con el que se sigue trabajando cada día.
Crecimiento, legado y buen gusto
El Panete ha crecido acompañando a varias generaciones del barrio. Hoy el obrador cuenta con un equipo de personas apasionadas que mantienen vivo el espíritu original: trabajar despacio para hacer pan mejor.
Tras años de esfuerzo y dedicación, ampliamos variedades, incorporamos nuevas recetas y sumamos más puntos de venta, siempre con la misma filosofía: calidad por encima de cantidad, sabor por encima de prisa.
Nuestra bollería, pastas, dulces y panes siguen elaborándose con procesos artesanos y una selección cuidadosa de ingredientes. Porque creemos que el pan no es solo alimento: es tradición, es cercanía y es parte de la vida cotidiana del barrio.
El obrador que creció con su barrio
A lo largo de más de seis décadas, el obrador fue evolucionando sin perder su esencia. La masa madre, el reposo y las fermentaciones largas continúan siendo la base de cada pieza que elaboramos.
Lo que siempre nos ha definido es nuestro respeto por el oficio: pan hecho con tiempo, con ingredientes naturales y sin prisas. Pan que huele a hogar y que recuerda al horno de toda la vida.
Artesanos que viven por y para el pan
Quienes trabajan en El Panete sienten este oficio como una parte esencial de sus vidas. Cada madrugada, nuestro equipo llega al obrador movido por la pasión, el entusiasmo y el deseo de ofrecer productos que emocionen a quienes nos visitan.
Entre ellos se encuentran Beatriz y Óscar, parte fundamental de una generación que mantiene viva la artesanía del pan.
Beatriz, una de las pocas mujeres panaderas artesanas de la zona, creció entre harina y hornos, aprendiendo de su familia desde pequeña.
Óscar, panadero y pastelero, se considera “enamorado del pan” desde niño. Lo vive como una vocación que no se enseña: se transmite.
Con nuestros panes artesanos y bollería tradicional, El Panete creció junto a Valencia y hoy es referente de su gastronomía local.
Las fermentaciones lentas, los aromas de madrugada y el sabor auténtico de nuestros productos siguen siendo el corazón del obrador. Cada receta, cada pan y cada dulce hablan de nuestra historia y del esfuerzo de quienes la hacen posible.
El reconocimiento que recibimos no es solo un orgullo: es un compromiso con el barrio que nos vio nacer.
Nuestro propósito es seguir elaborando productos honestos, cuidando cada detalle y ofreciendo siempre lo mejor.